Rotura de Meniscos

Hablamos de menisco roto, cuando se produce un pérdida de la continuidad del mismo que contacta con la articulación. Si los cambios son dentro del propio menisco, hablamos de meniscopatia o cambios intra-sustancia y son mucho menos graves.  Una rotura de menisco puede producirse principalmente por dos mecanismos:

 

– En pacientes generalmente mas jóvenes y deportistas con meniscos sanos; por una actividad que provoque un giro brusco o una rotación de la rodilla, como pivotear de manera agresiva o frenar y girar repentinamente.

 

Frecuentemente durante deportes de pelota o raqueta (fútbol, pádel o tenis) o deportes de nieve como el esquí, y en ocasiones se acompañan de roturas ligamentosas como la rotura del ligamento cruzado anterior y o el esguince del lateral interno. En general, las roturas de menisco en estos pacientes suelen ser mas grandes que en los casos de las roturas degenerativas, siendo especialmente graves las roturas longitudinales en asa de cubo (se afecta gran parte del menisco). Estas roturas dan frecuentemente bloqueos en la rodilla.

¿Qué es el menisco?

El menisco es un cartílago situado en el interior de la articulación de la rodilla entre el cóndilo femoral y la meseta tibial. Está compuesto por un menisco medial y un menisco lateral y tienen forma de semiluna. La vascularización en edad adulta es pobre por lo que la capacidad de recuperación es baja dependiendo de la zona donde se encuentre la lesión.

Las principales funciones atribuidas a los meniscos son:
• Dar congruencia articular a los cóndilos femorales.
• Trasmitir las cargas y absorber el impacto (soporta alrededor del 40% de la carga que recibe la articulación).
• Mantener la estabilidad pasiva de la rodilla.
• Importantes en la propiocepción articular.
• Movilizar el líquido sinovial facilitando a la articulación su nutrición, lubricación y termorregulación.
• Facilitar el movimiento.

El mecanismo lesional se produce por un movimiento brusco y repentino de rotación con la pierna fija en el suelo con todo el peso del cuerpo encima. Este giro puede producir la rotura o el desgarro del menisco.

– En pacientes generalmente mas jóvenes y deportistas con meniscos sanos; por una actividad que provoque un giro brusco o una rotación de la rodilla, como pivotear de manera agresiva o frenar y girar repentinamente. Frecuentemente durante deportes de pelota o raqueta (fútbol, pádel o tenis) o deportes de nieve como el esquí, y en ocasiones se acompañan de roturas ligamentosas como la rotura del ligamento cruzado anterior y o el esguince del lateral interno. En general, las roturas de menisco en estos pacientes suelen ser mas grandes que en los casos de las roturas degenerativas, siendo especialmente graves las roturas longitudinales en asa de cubo (se afecta gran parte del menisco). Estas roturas dan frecuentemente bloqueos en la rodilla.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

Los signos y síntomas ante una rotura de menisco son variables, dos personas con la misma rotura pueden tener distintos síntomas. Estos pueden ser:

  • Hinchazón o rigidez.
  • Dificultad para extender la rodilla por completo.
  • Chasquido y dolor en la zona meniscal.
  • Inflamación de la rodilla.
  • Bloqueo de la articulación.
  • Dolor al realizar los movimientos de flexión, extensión y/o giros.
  • Dificultad para moverse después de permanecer tiempo sentado.

¿Qué hacer en caso de lesión?

El tratamiento dependerá de la gravedad o severidad de la lesión que presenten los meniscos. Hay muchas personas que realizan vida normal sin presentar ninguna molestia o incluso desconocen que tienen el menisco roto.

 

Hay dos opciones de tratamiento, una conservadora y la otra quirúrgica. En ambas opciones la Fisioterapia será una parte primordial.

 

Si se realiza tratamiento quirúrgico, posteriormente la Fisioterapia será necesaria para recuperar la movilidad perdida, volver a establecer el tono muscular y recuperar la estabilidad y la propiocepción de la articulación.