Son protuberancias de color rojizo que se forman al costado del párpado, generalmente a causa de alguna infección bacteriana. Los síntomas más notorios son: hinchazón, enrojecimiento de la zona, dolor e irritación.
Si bien suelen formarse en el exterior de uno o ambos párpados, también pueden aparecer en su interior.
¿Por qué salen?
Debido a la infección de una de las glándulas de los párpados, denominadas de Meibomio; por diversas bacterias que se encuentran habitualmente en la piel y/o pestañas. Al acumularse secreción en el conducto de la glándula, sobreviene la infección y genera la patología aguda, con dolor, inflamación, y un «puntito» o una protuberancia.
La secreción de estas glándulas ayuda a evitar que la lágrima no se evapore y de esa forma contribuir a la lubricación de la superficie ocular.
Blefaritis (infección de las pestañas por una bacteria que habita la piel; el estafilococo), ciertas enfermedades de la piel como la rosácea, sistema inmunológico débil o desequilibrios hormonales son las causas más frecuentes.
Los orzuelos pueden formarse en todas las personas sin importar edad o género y pueden llegar a ser un problema complicado ya que la infección puede volverse crónica y no desaparecer, y generar astigmatismo al comprimir la córnea por efecto mecánico del párpado y/o generar molestias estéticas.
Antes de aplicar cualquier tratamiento, lo mejor es acudir a un especialista para confirmar los motivos de su aparición.